El flujo de energía se refiere a cantidad de energía en forma de alimentos que llega a la comunidad por medio de diversos niveles tróficos y la cantidad que sale de ella. Se refiere tanto a la cadena alimentaria del pastoreo como a la de los detritos. La entrada en el ecosistema de una cantidad de energía mayor que el nivel desarrollado en la naturaleza ocasiona la contaminación y la interrupción de los ciclos de los nutrientes. El flujo de energía (en el que intervienen agentes biológicos y no biológicos) impulsa los ciclos del carbono, del oxígeno, del nitrógeno y del fósforo. Los nutrientes circulan por el sistema impulsados por la acción de la fotosíntesis y vuelven a reciclarse gracias a la acción de los descomponedores. Se eliminan o añaden nutrientes constantemente; la aportación de más sustancias naturales o materiales sintéticos que los que el ecosistema puede procesar altera los ciclos biogeoquímicos.
Los organismos tienen la
capacidad termodinámica de crear y mantener un elevado orden interior por medio
de una continua disipación de energía de gran utilidad (alimentos y luz) que se
transforma en energía de baja utilidad (como el calor).
En un ecosistema, el orden se
mantiene gracias a la respiración de la comunidad, que de forma continua
elimina calor.
Lo esencial de la vida es la
progresión de una serie de cambios como síntesis, crecimiento, auto duplicación
y desarrollo. Sin la energía no sería factible llevar acabo esos cambios.
Se dice que la energía fluye
entre los seres vivos de un ecosistema porque se reutiliza una vez que alguno
la ha usado en sus reacciones químicas. Cuando esto sucede, la energía se
degrada, pierde utilidad, transformándose en calor.
Por el contrario, los elementos
químicos materiales siempre son útiles: son transferidos de unos a otros,
reutilizados una y otra vez por todos y en el propio biotopo de cada
ecosistema; se dice que siguen ciclos biogeoquímicos. Los ecosistemas son sistemas
casi cerrados para la materia.
Intercambios entre biotopo y
biocenosis
En cualquier ecosistema hay dos
actividades vitales imprescindibles: la fotosíntesis (quimiosíntesis,
excepcionalmente) y la descomposición-degradación. Mediante la primera se
consigue incorporar materia y energía desde el biotopo hacia la biocenosis. Los
organismos descomponedores transfieren la materia desechada por los seres vivos
(cadáveres, excrementos, fragmentos...) hacia el biotopo de su ecosistema y se
aprovechan de los últimos restos de energía que quedan en ellos.
Ana Gricel
Yokasti
Rosa Angélica
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