Por ecosistema se entiende a la comunidad de seres vivos
cuyos procesos vitales están relacionados entre sí. El desarrollo de estos
organismos se produce en función de los factores físicos del ambiente que
comparten.
Los ecosistemas aglutinan a todos los factores bióticos (es
decir, a las plantas, animales y microorganismos) de un área determinada con
los factores abióticos del medio ambiente. Se trata, por lo tanto, de una
unidad compuesta por organismos interdependientes que forman cadenas tróficas o
alimenticias (la corriente de energía y nutrientes establecida entre las
especies de un ecosistema con relación a su nutrición).
Es importante subrayar que existen varias formas de llevar a
cabo el estudio de un ecosistema, más concretamente tres son los métodos
habituales. Así, en primer lugar, se puede realizar el análisis del mismo
mediante las relaciones alimentarias que en él se producen lo que se traduce en
que se hable de la energía que llega a la Tierra desde el Sol para que pase de
unos organismos a otros. Esto daría a su vez lugar a las llamadas, como hemos
citado anteriormente, cadenas tróficas donde están las plantas, los
consumidores primarios o herbívoros, los consumidores secundarios o carnívoros,
y los necrófagos.
La segunda manera de estudiar un ecosistema es mediante los
ciclos de la materia. Con ellos lo que se expresa es como los distintos
elementos químicos (oxígeno, hidrógeno, carbono…) que forman a los distintos
seres vivos van pasando de unos niveles tróficos a otros.
Y la tercera forma de análisis es la de centrarse en el
llamado flujo de energía que va pasando de un nivel a otro y que es el
encargado de que el ecosistema esté en funcionamiento. En este caso tenemos que
subrayar que dicha energía siempre sigue la misma dirección.
La noción de ecosistema surgió en la década de 1930 para
explicar la compleja interacción entre los seres vivos, las corrientes de
energía, los recursos materiales, y la comunidad en la que se desarrollan.
A mayor número de especies (es decir, mayor biodiversidad),
el ecosistema suele presentar una mayor capacidad de recuperación. Esto es
posible gracias a las mejores posibilidades de absorción y reducción de los
cambios ambientales.
Ana Gricel
Yokasti
Rosa Angélica
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